Palacios
de Madrid - De los Duques de Villahermosa
Plaza de
las Cortes, 6, c/v Paseo del Prado c/v Calle de Zorrilla.
La
remodelación del entorno palaciego del Real Sitio del Buen
Retiro iniciada en 1767 por José de Hermosilla vino a
ordenar la
vaguada del antiguo arroyo del Prado, con la creación de un
nuevo espacio de relación entre el entonces
límite de la
ciudad y el conjunto palaciego. Este espacio lo conocemos hoy como
Salón del Prado, un paraje muy emblemático de la
ciudad
por la belleza de sus jardines y sus fuentes (Cibeles, Neptuno, Apolo).
Estas obras de mejora del Prado y la cercanía al palacio del
Buen Retiro se convirtieron, ya a finales del siglo XVIII, en polo de
atracción para la aristocracia madrileña.
En
esta
lógica, el Duque de Villahermosa adquirió en 1771
una
casona barroca en el paseo del Prado, frontera al hermoso y
desaparecido palacio del duque de Medinaceli, que había
pertenecido a Alessandro Pico de la Mirandolla, un noble italiano muy
influyente en la corte de los borbones.
En
1783 el duque encargó su reforma a los arquitectos Silvestre
Pérez y Manuel Martín Rodríguez, pero
no
llegaría a realizarse. Entonces, el palacio era de planta
sensiblemente rectangular y la distribución de las
dependencias
se realizaba en torno a tres patios interiores y a tres fachadas que
daban, respectivamente, a un jardín lateral, al Paseo del
Prado
y a la Plaza de las Cortes.
En
1805 se
encarga al arquitecto Antonio López Aguado,
discípulo de
Juan de Villanueva, una nueva reforma del palacio. Esta vez si se
llevan a terminó algunos cambios importantes, como la
ubicación de la puerta principal en la fachada norte
aprovechando el jardín; la ampliación de un piso
más sobre los dos que ya tenía el palacio; la
decoración de las fachadas con impostas y molduras de
granito, y
la ornamentación de los huecos de los balcones con molduras.
Con
estas mejoras la construcción tomó el aire de las
grandes
mansiones nobiliarias que se habían construido en la corte
durante el setecientos (Palacios de Goyeneche y de Buenavista, de los
duques de Ugena y de Liria, y de los marqueses de Miraflores y de
Perales).
En
1823 el
palacio se convirtió en residencia del duque de Angulema,
aquel
que con la invitación del Congreso de Verona vino a
España con los «cien mil hijos de San
Luis» para
derrocar los gobiernos liberales del trienio y restituir a Fernando VII
en el trono. Más tarde se convirtió en una
especie de
hotel para nobles y acogió durante algunos años
la
sociedad artístico-literaria, llamada del Liceo y de la que
era
ferviente impulsor José Zorrilla.
Ya
en el
siglo XX, tras largos años de deterioro y abandono, la Banca
López Quesada adquirió el palacio y
encargó una
profunda reforma del inmueble al arquitecto Moreno Barberá
(1973), con el fin de instalar las oficinas centrales de la sede
financiera. Esta reforma, que conllevo un vaciado integral del interior
del palacio, fue poco rentable para la Banca López Quesada
pues
al poco tiempo entró en crisis y tuvo que poner a la venta
el
palacio.
Fue
adquirido en 1980 por el Banco de España y posteriormente
cedido
al Museo del Prado como edificio donde mostrar temporalmente
colecciones pictóricas y celebrar exposiciones. La
última
reforma del palacio ha sido realizada hace poco tiempo por el
arquitecto Rafael Moneo, con objeto de convertirlo en museo para acoger
de forma permanente la colección de pinturas
Thyssen-Bornemisza.
(Información
recopilada de http://www.madridhistorico.com)
Del
caché solo tengo que deciros que es un VIRTUAL y que para
poder
registrarlo como encontrado deberéis haceros una foto con
vuestro GPS, ó a vuestro gps solo si es que no teneis a
nadie
que os haga la foto ó no queréis salir en la
misma, con
el palacio al fondo. Después, cerca de las coordenadas
dadas, en
la isleta más externa, en el panel luminoso y parlante de la
EMT, anota la primera palabra en él escrita pues esta
palabra de
cinco letras y todas en mayúsculas, será el CC
que os
permitirá loguear este TC como encontrado.
Espero
que
os guste el sitio que os he querido enseñar al "esconder"
este
caché ahí, para que vosotros lo pudieseis ir a
"buscar".
Al
menos esa ha sido mi intención al haceros ir ahí,
pensando en que a vosotros os gustaría ir a conocerlo.
Y
no olvidéis:
"Si
no escondemos primero, no tendremos nada que encontrar
después..."
Un
saludo,
Pitu
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