A
tres leguas de la Corte, al medio día,
se encuentra la villa de Parla, situada en un terreno llano y
saludable, por los aires que la baten y
por la aguas de perfecta calidad que tienen de sus fuentes particularmente del
despoblado llamado Humanejos -o Umanexos, según la grafía antigua- era una
aldea del alfoz -hoy diríamos término municipal- madrileño, a cuya jurisdicción
pertenecía, a media legua (2.786 metros) de Parla, junto al camino que va a
Toledo, y muy cerca de Loranca (no confundir con la actual urbanización
fuenlabreña). Como tal su origen moderno arranca de la reconquista y posterior
repoblación del reino de Toledo a finales del siglo XI, aunque posteriormente
se despoblaría a mediados del siglo XIV, con toda probabilidad a causa de la Peste
Negra, para repoblarse de nuevo en tiempos de los Reyes Católicos con vecinos
llegados de localidades vecinas tales como Parla, Pinto o Torrejón de la
Calzada. Tampoco este nuevo intento tuvo demasiada fortuna, ya que por diversas
causas, entre ellas las epidemias o las pugnas entre los señoríos de la zona,
jamás llegaría a consolidarse una población lo suficientemente importante como
para garantizar su futuro. Pero para encontrar su origen debemos remontarnos a
la prehistoria como lugar de asentamiento de los primero humanos que
encontraban en esta zona de humedales, el lugar perfecto para la caza y pesca,
además de encontrarse en un lugar elevado, que fue valorado durante la Calcolítico, Edad de
Bronce y Edad de Hierro. A buen seguro durante la romanización, fue un enclave
importante al encontrarse en un importante cruce de caminos que hacia Toledo y
la Bética, continuando el enclave durante los visigodos y la dominación
musulmana.
En
consecuencia, Humanejos fue languideciendo poco a poco de modo que en 1649
volvía a quedar despoblado; un documento fechado en 1651 dice que sólo vivían
en él dos vecinos y una menor, y otro de 1701 lo da como abandonado. El caserío
acabaría desapareciendo, mientras que las ruinas de la iglesia persistieron al
menos hasta mediados del siglo XIX, siendo arrasado lo poco que quedaba de las
mismas, sus cimientos -la sensibilidad hacia el patrimonio no es, por
desgracia, el fuerte de los ingenieros- con ocasión de la reciente construcción
de la variante de la autovía de Toledo, la antigua N-401 actualmente denominada
A-42. En noviembre de 1982 se paralizan las obras de la autovía al encontrarse
losas de enterramiento medieval, pero el progreso hizo caso omiso y arraso con
la iglesia.
Nada
queda, pues, hoy de una iglesia que fue de bastante interesante y a mi juicio
extremadamente hermosa, salvo algunos documentos añejos que aportan información
sobre la misma. El primero de ellos procede de las Relaciones de Felipe II, una
especie de encuesta realizada a nivel nacional en 1576 en todas las poblaciones
españolas. Por ellas sabemos “que la iglesia parroquial es -era en 1576- muy
antigua, y que la advocación della es de santiuste y pastor” (Santos Niños de
Alcala), añadiendo finalmente que era aneja de la parroquia de la cercana villa
de Humanes. Pocos años después, en 1584, el tallista Alonso Maldonado firmaba
un contrato para tallar las imágenes de los titulares de la parroquia. ¿Qué
pasó con estas imágenes? Al suprimirse el culto en ella seguramente serían
trasladadas a la parroquia de Humanes, de la que dependía, por lo que habría
que investigar en esta última, aunque al haber quedado prácticamente destruida
en 1936, mucho me temo que dichas imágenes debieron desaparecer para siempre.
A
mediados del siglo XIX quedaba aún en pie parte de la iglesia de Humanejos, la
cual sería reflejada por Genaro Pérez Villaamil en una de las ilustraciones de
la España Artística y Monumental que realizó en colaboración con el escritor
Patricio de la Escosura. Como puede apreciarse en la ilustración se trataba de
un ábside mudéjar de aceptables proporciones y de esmerada decoración, lo que
indica que la iglesia debió de poseer una notable calidad artística. Hay quién
la definió de estilo árabe-bizantino. Según José Antonio Mateos se trataría de
un edificio gótico-mudéjar de los siglos XIV o XV, aunque su advocación hace
pensar que el origen de la parroquia -quizá en un edificio anterior- ha de ser
más antiguo, probablemente coincidente con la reconquista. Por desgracia la
total desaparición de la iglesia nos priva de poder realizar un estudio más
completo del ya comentado. Es muy probable que después de la difusión de la
lámina de Villaamil fuera objeto de expolio de las grandes fortunas del mundo
para llevarse los elementos decorativos de sus fachadas y ventanales, para
decorar sus palacetes y fincas privadas. En ilustración podemos ver el gran
trajín que tenía al encontrarse a 400 m. al Este del antiguo camino de Toledo
que no pasaba por Parla, y a pocos metros al Oeste de la nueva carretera de
Toledo que esta vez sí pasaba por el mismo casco urbano de Parla y que fue la
carretera principal a Toledo hasta la decana de los 80 del siglo XX. Abajo del
cerro se encontraría una VENTA, cuyas ruinas de la iglesia hacían competencia
en algún tipo de servicios a dicha venta. Según testimonios de algunos vecinos
de Parla, próximo a Humanejos, junto al camino real de Madrid a Toledo, quedó
un ventorro hasta que su última propietaria lo abandonó definitivamente hace
unos veinte o treinta años.
En
el vuelo americano de los años 60 podemos distinguir una estructura rectangular de 64 m2, N40º 13.322' - W003º
47.055' WGS 84, en una cerro (conocido por los lugareños como cerro de la
iglesia), que bien pudiera ser los
restos de los cimientos de la planta basilical de la iglesia de Humanejos,
junto a lo que parece una gran valla publicitaria. Este altozano fue utilizado
en la década de los 80 para hacer el puente de acceso a Parla de la variante o
autovía A42, que circunvala la villa madrileña. Durante el proceso de examen
arqueológico para la urbanización que tiene previsto el ayuntamiento de Parla
en el paraje de Humanejos, no encontraron los restos de la iglesia al haberse
enterrado en el siglo XX, durante la construcción de la autovía. Por la crisis
esta paralizado este proceso urbanístico y las prospecciones arqueológicas han
terminado después de una campaña de años.
Si
analizamos el dibujo de Villaamil, podemos encontrar algunas pistas de su
ubicación, aunque es seguro que el autor se tomara licencias artísticas para
que la composición del fondo quedara más acorde con los restos de la iglesia.
Si bien la orientación estaría manipulada podemos ver en la siguiente imagen,
tres pueblos que se ven en el horizonte en el lado izquierdo de la composición.
Podrían ser Parla, Getafe y al final Madrid, señalando el camino a la capital
del reino, incluso podemos ver unas construcciones antes del primer poblamiento
que podría ser la ermita de la Virgen de la Soledad a las afueras de Parla. Por
el otro lado, a la derecha de la composición vemos a lo lejos una población que
podría ser Illescas como siguiente punto del campo hacia Toledo, y una cruz de
madera caída en lo que parece otra elevación del terreno entre el valle que hay
en medio de los dos promontorios que sería donde discurriría el arroyo de mismo
nombre. Es curioso no ver en toda la composición, ni en la lontananza, ningún
tipo de vegetación o arboleda, siendo la nota predominante de La Sagra
madrileña. Tenemos también la cruz de madera a espaldas de la iglesia que
pudiera corresponder a un antiguo lugar de enterramiento, donde los lugareños
se encontraran numerosos huesos al arar sus tierras, y por eso pusieran una
cruz y llamaran al lugar MATALOBOS, por parecer el festín de los lobos. Cuando
se construyo la M-410, se descubrió una necrópolis visigoda, donde señalaría la
cruz del dibujo.
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Además
de esta joya monumental, existían lo que se conocía como "Palacios de
Pedro de Herrera", regidor y vecino de la villa de Madrid y ya en la época
de Felipe II se decía; ya no hay memoria de los dichos palacio y que nada queda
de ellos y el lugar que ocupaban se ara y se siembra. Topónimo
"Palacios", frecuente en todo el centro de la Meseta. La explicación
que generalmente suele considerarse es que se aludía así a aquel núcleo donde
existían casonas que destacaban respecto al resto de viviendas. Éstas no eran
necesariamente palaciegas tal y como hoy en día entendemos la aceptación de la
palabra. Así mismo, se identificaban así a algunas dependencias o
"cámaras". Por otra parte, cabe la posibilidad de que los
repobladores de esta zona se encontrasen al llegar aquí algunos restos de
construcciones antiguas y que los interpretasen como vestigios de grandes
mansiones.
Sobre
el origen toponímico puede ser de lo más diverso. Encontramos varios
significados como:
-
Que provenga del latín “fumata” = hoguera de mucho humo, forma participal de
fumare “humear, echar humo”, denominativo de fumo “humo”. El nombre HUMADA se
empleó quizás en alusión a la costumbre de quema de matorral para la obtención
de pastos, incluso para señales de aviso. Creo que no es probable debido a que
en las grafía primitiva aparece como UMANEXOS, las (H) fue añadida
posteriormente sin que sustituyera a (F) alguna.
-
Que provenga del latín “umidus / (h)umidus” , “umeo” = húmedo, mojado, fresco.
Añadiendole “–ejo” para denotar que era chiquito, pequeño. No hay que olvidar
que además del nombre de la población es el nombre del hidrónimo que pasa por
sus campos, sus fuentes de excelente
aguas, y que en su término encontramos el topónimo LA CHARCA, LAS LAGUNAS, que
por otro lado fueron la causa de su despoblación por su insalubridad, hemos de
imaginarnos la epidemias de paludismo que habría, al ser lugar de cultivo del
mosquito anofeles este tipo de humedales. De hecho, el camino antiguo de Toledo
a Madrid pasaba al Oeste de la población para salvar estas charcas, y no fue
hasta la construcción de la carretera en el siglo XIX, que se utilizaran una
serie de pontones o pequeños puentes para salvar estos humedales.
Es
importante señale el importante papel que desempeño en la historia de este
enclave el camino de Madrid a Toledo que era bien conocido ya que desde que, a
mediados del siglo IX el emir Muhammad I fundara Madrid, convirtiéndose
paulatinamente en el principal eje de comunicación o “camino real”, siendo el
camino más corto por OLÍAS – 2 leguas -, CABAÑAS – 1 legua -, YUNCOS – 2 leguas
-, ILLESCAS – 1 legua -, HUMANEJOS – 2 leguas, PARLA – 0,5 leguas-, GETAFE –
1,5 leguas – y MADRID – 2 leguas -. Se sabe que Enrique III de Castilla,
después de las cortes que hubo en Madrid estuvo en Griñón, utilizando la
anterior via de comunicación hasta Humanejos y de allí un camino llano que
hasta Griñón , llegando así a la conocida Carrera Toledana, que unía Toledo y
las tierras segovianas, también conocida en algunos tramos como CAMINO VIEJO DE
MADRID, pudiendo se utilizar la variante una vez llegados a Griñon, continuar
hasta Humanejos, Getafe y Madrid, por lo que podemos decir que Humanejos fue
empalme de las vías de comunicación a Castilla.
Años
atras se hablaba de colocar en una de las rotondas de la localidad de Parla una
réplica de la iglesia. No sabemos si esa es la intención del consistorio cuando
se construya el nuevo barrio sobre los cimientos de viejo Humanejos, teniendo
ya definidas calles y rotondas en el catastro. El ayuntamiento de Parla tiene
proyectado su transformación en un parque urbano lineal que recorrerá su cauce,
haciendo desaparecer este valioso ecosistema de ribera, el cual se ha visto muy
afectado con la construcción del Hospital de Parla. En cuanto a la fauna, este
arroyo alberga un gran biodiversidad faunística, contando con 17 especies de
mamíferos, -entre los que cabe citar la presencia en fase de dispersión de
ejemplares de lince ibérico-, 121 especies de aves,-de las que 15 son rapaces
diurnas, 4 rapaces nocturnas, 25 especies de aves acuáticas y 53 especies de
aves forestales, siendo el resto aves esteparias presentes en cultivos
circundantes, 7 especies de reptiles, 5 de anfibios y 172 especies de
invertebrados observadas hasta el momento, -entre los que destacan sus 28
especies de mariposas diurnas y 17 especies de mariposas nocturnas,
contabilizadas hasta el momento, así como algunos escarabajos de interés como
el endémico y amenazado escarabajo-avispa español o los escarabajos coprófagos.
En
este cauce existió hasta hace unos años una población relícta de cangrejo de
río autóctono (Austropotamobius pallipes). El arroyo Humanejos alberga diversos
hábitats recogidos en la Directiva comunitaria 92/43/CEE del Consejo de 21 de
mayo, como son los ríos de orillas fangosas con vegetación de Chenopodion rubri
p.p. y de Bidention p.p., los ríos mediterráneos de caudal permanente del
Paspalo-Agrostidion, con cortinas vegetales ribereñas de Salix y Populus alba,
y los prados húmedos mediterráneos de hierbas altas del Molinion-Holoschoenion
(junqueras).
Destaca
sin duda su valioso bosque de ribera, el cual presenta una buena regeneración
en ciertos tramos. Dicho bosque esta formado por 10 especies de árboles
autóctonos, y por algunos otros alóctonos, -plantados por el propio
ayuntamiento hace 15 años, como parte de un proyecto mal planificado de
recuperación forestal de este arroyo-. Asimismo, el sustrato arbustivo y
herbáceo asociado al sustrato arbóreo ribereño posee un gran valor ecológico
debido al especializado nicho ecológico que ocupan y sin duda, a la
extraordinaria variedad de especies que lo integran, ya que se han
contabilizado 268 hasta el momento, de las que 5 especies son endemismos
ibéricos y otros 5 son endemismos ibero-magrebíes.
El
valor ecológico del arroyo Humanejos no se limita a lo ya descrito, como todos
los sotos de ribera, aporta una serie de beneficios que hay que tener muy en
cuenta. Su soto estabiliza las riberas, actuando eficazmente contra la erosión
del suelo, regulando las avenidas. Las plantas ribereñas, especialmente los
árboles atraen hacia la superficie con sus profundas raíces las aguas
subterráneas, aumentando así la humedad relativa atmosférica, su sombra regula
la temperatura diurna, frenando con su frondosidad los vientos fuertes,
abrigando en los días más fríos del invierno, crean un medio ambiente terrestre
y acuático muy acto para la vida, siendo un refugio y una zona de reproducción
privilegiada para la fauna y la flora silvestre, diversifica el paisaje
monótono de las estepas agrícolas circundantes, etc. …