Paseo
del Prado IV
Archivo
General de Protocolos
El
paseo del prado y la barriada de Alfonso XII constituyen una de las
zonas más hermosas de la ciudad, conocida por gran parte de
los madrileños como el Madrid de los Borbones. Y es que fue
precisamente durante el reinado de Carlos III cuando se
integró en la trama urbana el paseo del Prado (1767-1784),
pues hasta entonces era algo parecido a un lodazal, por donde
discurría serpenteante un antiguo arroyo llamado de la
Fuente Castellana. El Conde de Aranda, ministro de la
monarquía, encargó la realización de
las obras al arquitecto José de Hermosilla, con la
misión de crear un nuevo espacio de relación
entre la ciudad, que entonces acababa aquí, y el entorno
palaciego del Real Sitió del Buen Retiro, que
también empezaba en el paseo. Se trataba, más que
nada, de embellecer el acceso del palacio y de hacerlo más
seguro, pues todavía resonaban con fuerza los ecos del
motín de Esquilache (1766). Como solución
urbanística se crea un espacio circoagonal limitado por unas
fuentes que se disponen en los cruces con las calles de
Alcalá y de la Carrera de San Jerónimo, las
conocidas Cibeles y Neptuno, y se establece un hito vertical a igual
distancia entre ellas que más tarde será ocupado
por la fuente de las Cuatro Estaciones o de Apolo. A la
muerte de Hermosilla en 1775 se hizo cargo de las obras Ventura
Rodríguez, que fue quien se encargó del
diseño final de las fuentes, obra de los escultores Michel y
Gutiérrez, y añadió las cuatro
fuentecillas del cruce con la calle de Huertas y la fuente de la
Alcachofa, que estuvo situada en la embocadura del paseo con la plaza
del Emperador Carlos V, hoy emplazada en el Parque del Retiro. La
monumentalidad del paseo fue creciendo con la construcción
del Gabinete de Historia Natural –hoy Museo Nacional del
Prado- y con el Jardín Botánico. En este
entorno se encuentra la mayor pinacoteca del mundo, constituida por el
Museo Nacional del Prado, el Casón del Buen Retiro, el Museo
Thyssen Bornemisza –antiguo palacio de la duquesa de
Villahermosa- y por el cercano Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía. En sus salas se pueden contemplar pinturas que van
desde Giotto hasta Picasso, pasando por Girlandaio, Leonardo, el Bosco,
Velázquez, Murillo, Zurbarán, Tiziano, Rubens,
Goya, Monet, Renoir, Van Gogh y Miró, entre otros. Pero
además, la oferta cultural se amplía con el Museo
del Ejército –en la calle de Méndez
Núñez-, con la Real Real Academia
Española, el Archivo General de Protocolos y, como ya vimos,
con el Jardín Botánico. La barriada de
Alfonso XII fue creada a finales de la década de 1860 a
expensas de parte de los terrenos que constituían el antiguo
Real Sitio del Retiro, más en concreto, ocupa los solares
donde estuvo ubicado el complejo palatino del Buen Retiro, que fue
construido entre 1632 y 1640 para el rey Felipe IV por iniciativa de su
valido el Conde Duque de Olivares. Este palacio fue destruido en
octubre de 1812 durante la Guerra de Independencia, y en la actualidad
sólo se conservan el antiguo Salón de Reinos y el
Salón de Baile –Casón del Buen Retiro-,
actualmente sedes del Museo del Ejército y del Museo
Nacional del Prado. En esta barriada se encuentra enclavada la plaza de
la Lealtad, tenida por un lugar simbólico para los
madrileños, pues aquí se produjeron gran parte de
los fusilamientos en la noche del 2 al 3 de mayo de 1808. En el centro
de la plaza hay un monumento dedicado a los caídos en estas
jornadas, pero se ha hecho extensivo a todos aquellos que dieron su
vida por España, cuya memoria nos recuerda una llama que
está encendida los 365 días del año.
El edificio de la Bolsa de Comercio y los hoteles Ritz y Palace realzan
la monumentalidad del entorno.
ARCHIVO GENERAL DE
PROTOCOLOS Calle de Alberto Bosch, 4.
Aunque
ya Felipe V mandó por decreto de 23 de julio de 1701 recoger
los protocolos en las Casas Consistoriales de Madrid y otras ciudades
de España, no va a ser hasta el reinado de Carlos III cuando
por real cédula de 5 de marzo de 1765 se funde el Archivo
General de Protocolos de Madrid, entonces llamado Archivo General de
Escrituras Públicas.
Este
archivo tenía como propósito recoger los
protocolos de los escribanos reales que habían fallecido en
Madrid, y que se encontraban en poder de religiosos,
cofradías, y particulares.
En 1931 el
archivo pasó a depender del Ministerio de
Instrucción Pública, y en 1933 pasó a
denominarse Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Entre
sus fondos se guardan documentos notariales con una antigüedad
que se remonta al año de 1504. Además, van
pasando a este archivo los protocolos notariales de Madrid que cumplen
100 años de antigüedad.
Tras
haber pasado por varios edificios a lo largo de su historia, primero en
la Casa de la Villa y más tarde a un edificio en la Carrera
de San Francisco, 16; el 12 de octubre de 1886 se estableció
en su actual emplazamiento de la calle Alberto Bosch.
El
edificio actual fue construido por el arquitecto Joaquín de
la Concha entre 1884 y 1886, por encargo del entonces Ministro de
Gracia y Justicia Manuel Silvela. Basándose en un proyecto
enormemente funcional, con una concepción
arquitectónica medievalista, el edificio fue construido
entorno a un patio rectangular utilizándose
únicamente materiales incombustibles. (Información
recopilada de http://www.madridhistorico.com)
Del caché
solo tengo que deciros que es un VIRTUAL y que para poder registrarlo
como encontrado deberéis haceros una foto con vuestro GPS,
ó a vuestro gps solo si es que no teneis a nadie que os haga
la foto ó no queréis salir en la misma, con el
edificio de fondo. Después,
tomad nota de las cinco últimas cifras del número
de vado a la izquierda del edificio, según lo miras, pues
estas serán el CC que os permitirá registrar este
TC como encontrado.
Espero
que os guste el sitio que os he querido enseñar al haceros
ir ahí, para que vosotros lo pudieseis visitar.
Y
como siempre os digo.
¡¡¡Vista,
suerte y… a por el caché!!!
Churro
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